Creo en ti, amigo. Creo en tu sonrisa, ventana de tu ser.
Creo en tu mirada, espejo de tu honestidad.
Creo en tus lágrimas, signo de compartir alegrías y tristezas.
Creo en tu mano siempre extendida para dar o recibir.
Creo en tu abrazo, acogida sincera de tu corazón.
Creo en tu palabra, expresión de lo que quieres y esperas.
Cre en ti, amigo, así,
simplemente en la elocuencia de tu silencio.
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